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Amanecer en tres horas…

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Seis de la mañana. Rutinas de trabajo. Amaneceres de trenes, metros, autobuses repletos... Trabajadores, estudiantes, personas como únicas aves cuyo canto quedó ahogado entre tanto trasiego, entre tanta urgencia, ayayyaya... Edificios, laberintos de metal y ladrillo, que, como sombras de encinares, olmedos y saucedos, vislumbran los rayos de sol aquejados sobre nuestros ojos, nuestros ojos cerrados de niños ayayyayay,          Siete de la mañana. Astro rey.. Luz que tiernamente hiere las nubes... El Papá bueno espera, los brazos extendidos, que el ser humano por una vez por una vez se emocione con la alborada recién estrenada, con las melodías y acordes trenzados por sus seres queridos, con un cuerpo capaz de abrirse al milagro del agua, al milagro de la maravilla creada para él y los seres vivos. Ocho de la mañana... Como una sonrisa que nace en los labios de un niño… como pequeñas flores que amane...

latidos al arrimo del tiempo

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      Pradera... Siesta arropada por el aroma de azuzenas, espliegos y tomillos, ayayyaya... Hadas... Ninfas... Correrías de niños pequeños... Escondites, pídolas, la gallinita, ayayyaya...         Primeros romances nacidos, aquí sollozos de violines sumándose al sonido grave del cello y a la suavidad alborada del piano, al arrimo de un beso furtivo.. al arrimo de unos versos que una doncella diferente disfrutará desde otra orilla, ayayyay al arrimo de más allá del horizonte donde el amor se mece rimando sus versos con el cielo sonrosado y magenta, ayayya Enamorados que se miran, violines danzando y agitándose presurosos en sus manos, en el horizonte de un beso en el poniente sonrosado de unos labios en la brisa húmeda con que sus trajes se desnudan de aire, de tiempo y de humanidad...       Arrullo de sonidos... Regazo donde duermen violín, piano y cello Relax... Ple...

Nidada cálida de emociones, las tuyas y las mías, en este amanecer

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A tientas por nuestras emociones, a tientas por esos latidos que se desperezan cual briznas de luz, de amanecer entre nuestros ojos nuestra piel, nuestras manos... que se vuelven vida, que se vuelven perfume que los pequeños insectos siembran en cada pétalo, en cada hoja, en cada instante...            Retazos que nuestras manos sonríen entre nuestros labios, entre nuestras miradas entre nuestras espaldas hambrientas de nuestras manos...ayayayyay Emociones donde tu sonrisa alma, tu sonrisa luz, tu sonrisa regazo, bondad cierne sobre mis hombros su sábana de encuentros, de ponientes sonrosados y nuevas auroras...              Tic, tacs, latidos, melodías, acordes que suaves pulsan, se renuevan por donde tus ojos se encienden entre mis manos, entre mis miradas, en mi alma, aayyaya... tú, mi Mariiiita, yo, tu Prudencito...     ...