Rompe el silencio, ámate, ponte en camino....
Como una celda de aislamiento, como una burbuja de dolor, soledad de espíritu, la voz de Calogero, honda, sombría, enferma de vida, increpa, se duele, se cruje, se hace herida, ayayyayayay..... La vida se nos puede hacer tan cruel, tan dada a rendirnos antes de vivir... Es quizás por ello que la voz de ángel de Natasha se hace mar, se hace luz, se hace dulzura, se hace caricia, se hace esos puentes que el ser amado tiende, porque no sabe de otro oficio, en estas palabras son las palabras las que nacen, las que sueñan, las que desean resucitar al ser amado... Los ojos se llenan de las miradas que se vuelven puñales, por su ausencia, se vuelven ese mar de ausencias, de olas que rompen sin la piel del amado que llevarse a los labios... Las manos se llenan de ternuras que se abren, que como vientres de mujer nacen al amado sin que éste resuene con los llantos de recién nacido... Las palabras se llenan de silencio, de burbuja...