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Mostrando las entradas etiquetadas como Natasha St. Pier

Rompe el silencio, ámate, ponte en camino....

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        Como una celda de aislamiento, como una burbuja de dolor, soledad de espíritu, la voz de Calogero, honda, sombría, enferma de vida, increpa, se duele, se cruje, se hace herida, ayayyayayay..... La vida se nos puede hacer tan cruel, tan dada a rendirnos antes de vivir...         Es quizás por ello que la voz de ángel de Natasha se hace mar, se hace luz, se hace dulzura, se hace caricia, se hace esos puentes que el ser amado tiende, porque no sabe de otro oficio, en estas palabras son las palabras las que nacen, las que sueñan, las que desean resucitar al ser amado... Los ojos se llenan de las miradas que se vuelven puñales, por su ausencia, se vuelven ese mar de ausencias, de olas que rompen sin la piel del amado que llevarse a los labios... Las manos se llenan de ternuras que se abren, que como vientres de mujer nacen al amado sin que éste resuene con los llantos de recién nacido... Las palabras se llenan de silencio, de burbuja...

Toda la magia reside en ti

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           Con sonido de patio de colegio comienza esta pieza, para después iniciar sus latidos mediante el piano que nos tantea, que nos susurra, que acompaña la voz dulce, alma, sonrisa de amanecer de Natasha St. Pier... ¡Cuántas veces nos han dicho que debemos encontrar más allá de nosotros lo que nos hace felices! ¡Cuántas veces esta sociedad nos enseña que nuestra felicidad está en adquirir este o aquel producto...! ¡Cuántas religiones nos han apartado de nosotros...! Como un lamento que describe algo que cruje el alma, que nos aisla su voz dulce nos recuerda, como ya dije en el relato de mamá naturaleza y el primer ser humano, que nuestros ojos de niño se hicieron para mirar con el alma, amar con ansia, nuestras manos para entrelazar las tuyas, las tuyas y las tuyas... las palabras para tender puentes y limpiar tus miedos, las caricias para limpiar las lágrimas... los besos golosos para encender estrellitas que te guíen en la noche para...

Alors on raccroche, Natasha St. Pier

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           Con una dulzura que acaricia, que late, que pulsa los recovecos de nuestro corazón haciéndolos más ligeros, enciende la hermosa Natasha St. Pier este On se raccroche. La voz, a pesar de su dulzura, no alcanza a comprender cómo el amor deviene con el tiempo en algo mecánico, cómo acaba perdiéndose... La guitarra acompaña dulce su narración, su alma que se rompe ante el hecho de la pérdida del amor, recorre los lugares comunes de la pérdida del amor, pero sobre todo... y en su voz cristalizan alma todas y cada una de sus añoranzas y deseos, el alma renace, el alma amanece aunque sea para volver a perder... Preciosooooooooo, no os perdáis el vídeo, me encanta cómo desarrolla la historia de los trapecistas enamorados, oleeeeeeeeeee 'No alcanzo nunca a sorprenderte pero puede que sea normal que el amor acabe siendo mecánico y tus manos pierdan cada vez más su ternura, No alcanzo nunca a conseguir. Hay como un gusto por sufrir...