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Mostrando las entradas etiquetadas como Fiona Joy Hawkins

anochecer en la campiña manchega...

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la noche prende aleteos en cada olivar, encinar y pinar que sale impertérrito a su encuentro. El oboe trenza plegarias entre las moscas adormecidas... Ojos de lechuzas charlan con rucio, rocín y ánades, que adormecidas en su regazo, sestean en la campiña manchega... nuevos versos, nuevas palabras , nuevos latidos y nuevos éranse se conjuran entre acordes de piano y oboe en este retrato... el piano danza entre volutas del fuego que crepitan a duras penas a caballero y escudero a sotavento del cierzo, al trantán de sus maltrechos músculos y huesos... el piano trenza aventuras en el corazón del escudero, de ese Sancho de bien, donde los refranes, sin él quererlo, son las miguitas de pan, chocarreras y manchegas, bien manchegas, que le devuelven al rancho y al lecho de su querida Teresa Panza... el oboe trenza nuevas alboradas y esquejes de primavera en el rostro quemado por el sol y el viento de don Quijote quien sueña, desperezándose con alas de sueño y a...

The End Is The Beginning...

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         La palabra se enreda a la creación, como un buen día, un Papá bueno nombró cada continente, cada semillero de seres vivos, de humanidad...     Acordes, entonces, hubieron de sonar...; lat idos que dieron forma, que milagrosamente transformaron la oscuridad y noche en día...; sonrisas de piano amanecieron y que trémulas respondieron ayes de violín creadores en cada llanto, en cada sonrisa de arroyo, en cada trenza de luna y estrellas que respondió a la voz, al acorde, a la palabra...       Un día, un buen día, el milagro, su torrente natural de magia, de vida, de torrenteras, de jabatos, de cervatos... inundó la realidad de trenzas de sonrisa y de pizzicatos en el alma del Papá bueno y Mamá Naturaleza... Un día, presto a marchar; las sábanas de una nueva aurora descolgándose de su lecho nocturno para arroparme con su luz y su magia... Un día, la vida, un lazo desnu...

Doble latido en el oleaje de nuestras vidas…

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       Albatros... Corazón que agita tiernas sus alas de mar con el velamen de tus ojos, manos y piel adormecidos en la madrugada azul y blanca… Gañidos que suscitan en la orilla de nuestros mediodías trenzas de suspiros, ayes y risadas de nuestros Prudencito y Mariita quienes unen nuestros pedacitos cirro a cirro con semillas de ajonjolí, sésamo y hierbabuena…       Balandros que esbozan en el mar huellas donde mi balandro de payaso de sonrisas en mi nariz morcillona y andares patizambos, de callejuelas paseadas de pláticas sin término de mi humildad niña traza con tu balandro de princesa niña de pétalos, versos y ponientes sonrosados tiernos regueros donde peces martillo, caballitos de mar y delfines dibujan con sus nados y saltos de espuma hadas, flores, acordes y doble latido, siempre doble latido de tus manos mis manos. De Pruden Tercero Nieto, septiembre de 2013

Con estas manos...

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    Hoy os quiero traer unos pétalos de rocío... os quiero traer unas hojas de hierbabuena donde entre su aroma la ternura de la personas amadas se revele con vida, con plenitud...      Hoy os quiero traer estos latidos estas sístoles y diástoles con que ese pequeño músculo lleno de belleza se abre magnífico a su capacidad de amar a su capacidad de recibir...      Hoy en mis pequeñas manos os quiero traer un poco del oleaje, un poco de la sementera, un poco de crepúsculos que serenos se arropan en el horizonte mar un poco de alboradas...       Hoy en definitva quiero traeros un poco de la capacidad de soñar, pero sobre todo y esto lo hago extendiéndoros la mano y dejando que las lágrimas de amor se derramen por mis mejillas un poco de esos latidos del corazón de mi almita buena donde serenos unas y algo más agitados otras laten vuestras almitas, la tuya la tuya y la tuy...

Trenza, lazos de almas al vuelo...

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  S uave desperezarse de tu piel mi piel; suave despertar, sonrisa de piano, en el azul, en el grito de luces que amanecen en tu mirada castaña, mi mirada castaña; manos que se entrelazan, que, balandros, se cuelgan a las quillas de nuestras manos, de nuestros pechos, de tus dedos, mis dedos...       Versos que amanecen en tus primeras palabras, mis primeras palabras: ay Prudencito, mi Prudencito… Versos que entrelazan alma de violín tu cintura mi cintura; labios que pronuncian nuestros latidos en el suave desperezarse de tus labios mis labios... Plegaria... leve plegaria que sonríe en esa persiana medio levantada donde suave arrullo sopla el Papá bueno para besar dulce nuestras mejillas nuestros ojos aún perezosos...sisiisis tu Mariiita aún princesa de versos silentes en su torre de oro quien juega tierna con sus dulces hadas mi Prudencito aún tesorero de sonrisas de ternuras y de abrazos en su hato de payaso... Piano... d...

Encendiendo mis latidos en tus manos, mi Mariiita

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     Heridas... Plegarias de piano... Sabias plegarias de piano... Ayes de violín Encendidas súplicas al Papá bueno a nuestra Mila hermosa... Latidos por donde se nos descolgaban del alma nuestros abrazos nuestras sonrisas nuestras manos       Latidos Ayes de violín... Cello endomingado de lágrimas... Piano que suscita palabras, ay, palabras Primeras trenzas de nuestras aves volando hacia tus ojos mis ojos tus manos mis manos Amaneceres... nuestros niños aprendiendo a enredarse sol y luna castañuelas y sonrisa en nuestros versos en nuestras   palabras en nuestras noches aún solitarias... riéndose siendo piano siendo sonrisa de teclado trenza dulce de violín y aye de cello donde al fin tus manos, mis manos, latidos que, como dijera el poeta, vinimos buscando con el tiempo, amanecieron fueron regazo de luna en nuestra piel, nuestros ojos...    ...