serás libre...


        en alas de piano, ayayayya, mi sempiterno compañero piano, se muestran estos acordes... unas lágrimas y su sestear en la cima del Gólgota son los únicos latidos que aún resuenan en María y su recién estrenado hijo, Juan... de regreso a casa... aunque qué hogar -piensa María en brazos de Juan- puede llamarse ya así sin su querido hermano e hijo, embalsalmado por el anciano regresado a niño JOsé de Arimatea..
         Tu voz, casi sin ellos darse cuenta, vuelve a hendir en el grito de clavel del cielo recién estrenado, la herida que una y otra vez se abre en el kikirikí de los gallos en el balido rasposo de las ovejas y en el ramoneo inquieto de asnos... y que eco se reproduce en sus manos, en sus pechos, en sus cabelleras... las lágrimas son esos milagros de luz y rocío que Tus manos enseñaron en cada recodo del sendero a recoger sanadoras... de gente tan perdida como yo... ayyaya...
       serás libre... -aletea de nuevo cantarina en el corazón de su madre la voz de su niño, su Jesús- en alas de tu generoso y espléndido amor, en los pétalos que prenden en la mirada de cada uno de los que has amado y amas, en el amor de mis discípulos, ayayya, ahora atemorizados, en mis pétalos propios, madre.. y que te hará capaz de ascender las más escarpadas montañas y los más pronundos valles..
        en la lápida descansa sereno un pastor cuyo ganado de corderos quedó atrás... sin que le impida hoy día, como no le impidió hace más de dos mil años, volverse por un momento a nosotros y con su sonrisa con su alma tejiendo cada grano de voz y del sendero... en labios de quien nos amaron también con sus manos, con sus pechos vuelve a decir...serás libre... serás libre...
       sus manos llenas de heridas, su hermosa cabellera con el poniente encendido de claveles sonrosados, su costado donde por medio de la lanza del soldado romano hiende sus últimos pétalos de amanecer... aún, aún, aún dos mil años después, reitera como rezara en esa madrugá aciaga a su madre y a su hermano del alma Juán...
        serás libre...

de Pruden Tercero Nieto, 5 de abril de 2015

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