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Mostrando entradas de abril, 2014

Acordes con que tú guitarra prendes plegarias de vida al Papá bueno...

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Trenza de latidos, mi dulce guitarra, donde te acurrucas en los brazos de la noche; en las caricias que nos entregas, maullido, ladrido y gañido de seres vivos, día a día...; en ese niño que corre con trémulas estrellas en sus zefiros de atardeceres... Ángel de luz... Melodía de nanas... de regazos donde niños nos meces y nuestros bracitos se hacen mar se hacen balandros... Te desnudas, caricia de tus cabellos, de cada ausencia de entrega y amor entretejiendo con tus sístoles y diástoles nuevas prendas, cometas de luz y primavera, en las campiñas manchegas donde sestean nuestros sueños y latidos... Sonrisa de almitas buenas en cada cabello de tu alma, donde cantas nanas a la luna acunada en sus haldas blancas... donde bisbiseas cada trenza de amapolas de heridas en nuestros rostros; donde trenzas acordes y melodías que nos enlazan, mariposas de luz, de la cintura en un eterno vals que es hogar que es doble latido... Lullaby, nos acar

Balandro que riela entre los acordes de kithara

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       Quebrando las sombras viaja un balandro un pequeño fanal donde se trenzan pequeñas voces de arpa...        Kithara, mi querida kithtara, describe con tus trenzas de sirena, mis bracitos cuales balandros, que se dirijan a los ponientes sonrosados a las estrellas endomingadas de luz y de ternura de mi hada María…        Kithara, gracias a las ondinas de tu luz, prende tu túnica griega entre los más de miles de versos y canciones de amor entretejidas de magenta añil y azahar de princesa porque anhelo bailar el más hermoso vals con mi musa entretejiendo el mar sus alas en su falda y blusa y en mis ojos donde se arropan, se desnudan y brillan los pequeños céfiros de amor de almita buena, de mi mucha María...        Kithara, sueña en cada uno de tus arpegios anocheceres y alboradas de luz; escucha en todo tu ser el más mínimo hociquear el más mínimo haraganear de cervatillos jabatos y osos ormigueros... siente en tus

Último tango de don Gabo...

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      Rumor de ribera... Petirrojos cardenalitos y viudas negras encienden en este mes de abril en Aracataca, Barranquilla Bogotá y México sus pequeñas plegarias sus oraciones al Papá bueno... por este niño grande llamado Gabo que descansó su pluma tinta y latidos de alfarero, de buen alfarero, de palabras y de relatos...      Cello que suscita en sus relatos y memoria viva una Colombia renacida Macondo una familia cuyos orígenes en un pelotón de fusilamiento encendía cada arpegio cada pizicatto de dolor pero también de genio de latido de Colombia...       Trenzas de Florentino Ariza que a pesar de los años encendía en Fermina Daza con un ramo de rosas, ayes de violín y un ramillete de versos y poemas nuevas sístoles y diástoles... en un vals interminable entre el farmaceútico Gabriel y su madre Luisa, sus padres... de relatos peregrinos cuya ocasión tuve de leer mientras el corazón de mi madre se entretejía alas hacia el ci

Palabras con que nos nombras de nuevo…

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      Palabras... Trenzas del Sembrador de caminos enhebradas de nuevo en el agua, en su voz de catarata... Sonrisas de piano que quiebran la noche... que roturan... Las heridas de violín... los balandros de alas que hieren el agua...       Trenzas... Ángeles de luz que nos nombran de nuevo "Prudencito ay mi Prudencito..." Ángeles de luz que remiendan con su magia el divorcio con nuestros niños interiores, con nuestros Prudencitos, nuestras Mariitas...        Trenzas... Ángeles de luz que sonríen... besan cada semilla, cada milagro de amor, cada fruto que la profundidad del agua enmudeció cegó dejó sin poder alcanzar con nuestras manos con las yemas de nuestros dedos, ayyaya…         Trenzas de luz, mi Sembrador de caminos, entre rosales de heridas, y algarabía de alas rotas de discípulos y peregrinos apóstatas... presentimiento de la cruz que acogerá tu cuerpo machucado… que pronuncian mi nombre…. Trenzas de luz que resuci

En tus manos, Papá bueno...

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Luz... Herida que vuelve a recorrer las calles de Jerusalén... Via crucis por donde al Papá bueno se le escapan gritos de ayes, y mariposas de dolor por el alma del Sembrador de caminos, Su Sembrador de caminos, ayayayya.... Crepúsculo añil y magenta que se quiebra entre acordes y pétalos donde seres vivos, donde Prudencito y Mariiita, echamos a volar a duras penas... despiertos a los crujíos de nuestras almas en medio de la tempestad... en medio de golpes de la vida... cual Pedro apóstatas de fe y de latidos... pero sobre todo de amor, ayayyayay Luz... Melodía donde Su voz, la voz que anudó en las manos miradas y almitas buenas de peregrinos, pecadores y discípulos, se trenza en el Sendero de la cruz con Sus palabras de amor con sus Palabras de vida.... con ese niño nacido en Belén sonrisa trémula con que pronuncia tu nombre, tu nombre, tu nombre y el mío no una no ciento no miles si no ciento de miles... Melodía... Encendidos ayes en

poniente sonrosado donde tejemos nuestros acordes

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      nenúfares incendian de luz los pétalos de nuestras auroras... los pétalos de nuestra mirada niña...       Sonrisa de piano... primavera que arrullo sonoro se enreda sin prisas en tus manos mis manos...      meandros de luz tenue trenza donde te desnudas princesa de versos y de cuentos, ayyayya, de malignos gigantes y madrastras malvadas... donde me desnudo payaso y nariz enrojecida de rues de noches de desfallecimientos...        alas que desenredan el hilo dorado de nuestros cabellos las cometas de nuestros niños tejidas de carcajadas sonoras y de río... de manos de agua que nos atan el uno al otro...       teclas donde ambos enredamos nuestras manos donde al adormecer el día sus latidos donde al escaparse al Papá bueno y a Mamá Naturaleza una lágrima más por este ser que ha dado la espalda a los demás seres vivos incluso a él mismo... desnudos de tu princesa y de tu payaso colgamos en la nariz puntiaguda de la luna tu alma n

Sin mediar palabras...

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Vals... Dulces acordes con que tus lágrimas cuelgan nuestras sístoles y diástoles en las sábanas de la noche... Palabras... con que tus manos trenzan una y otra vez versos y senderos de luz en mis manos en mis labios en mi pecho gracias a tu Mariiita, siempre tu Mariiita castañuelas... Silencio... donde tu nombre y el mío sisiisiss es ese salmo esas palabras rotas de superficialidad de urgencias de madurez con que la Mila y el Papá bueno nos arrullan en la noche... Sonrisa... palabra bisbiseada que trenza pequeños balandros de luz arcoiris de gaviotas entre quebradas de lamentos... Latido... doble latido que sonríe en mi alma poesía con que mis manos tus manos construyen en el vals de este día peregrino el siguiente y el siguiente y el siguiente... latidos de tu otoño y mi primavera, sisiisisis De Pruden Tercero Nieto, abril de 2014

Encendido latido entre riberas y orillas de Mamá Naturaleza...

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Enciende, enciende esta vez el enlace ( http://www.youtube.com/watch?v=UHasz-GO9Xk&feature=share&list=PLHpELOsTi9JjAdq9BielloOifu9Egxzvk&index=64 ) Déjate arrullar, seducir por los sonidos de Mamá Naturaleza, halla solaz en sus riberas, en su s manglares, en la vista majestuosa de sus masas acuosas... pero sobre todo sobre todo llénate de esos acordes, de esas sístoles y diástoles que son cada ser vivo, su magia, su encendido milagro... por donde Mamá Naturaleza enciende, abre y escribe, no lo dudes, sus versos, los mejores versos.... Jilgueros turpiales y viuditas ribereñas... Cálidos ululúes donde Mamá Naturaleza titila... donde Mamá Naturaleza trenza sus primeros acordes, sus primeras alboradas... Violín que en pétalos de los primeros haces de luz donde aún se adormecen macizos trigales y cañadas trenza sus ayes de nostalgia de páginas trémulas de historia... Violín que entre labios furtivos de amantes entre sueños entre abrazos d