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Mostrando entradas de mayo, 2013

En el sendero con el Sembrador de caminos...

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     Alborear suave en Judea... Desperezar en la aldea de gallos. Las mujeres, rSenderitos para el alma dos los cabellos, salen en busca del agua a la fuente... Sendero de grama, que se llena, el sol generoso en lo alto, del latido, sandalias y túnicas de discípulos... Sendero que asimismo se puebla de esa voz, de esas heridas físicas, pústulas, infecciones, lepra, pero sobre todo de esas heridas del alma que acuden en busca de paz... Sendero que se alimenta de hogazas compartidas, de ponientes tras el monte Hebrón que rumian la tarde entre reses, pastores y ganado...ayayyayay       Sendero que, caricias de piano sobre el río Jordán, sobre ese campo yermo, que besa sediento al Mediterráneo, se encuentra plácido y sereno túnica blanca y mirada franca, cabello desgreñado y suelto, al Sembrador de caminos... Trenza de palabras buenas... trenza mirada castaña que pronuncia en voz baja cada nombre. Trenza de manos que abrazan con ansia cada herida que besan con ansia cada infección que co

Tictacs del cielo con que el Papá bueno teje sus mantos de ternura sobre el ser humano

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      Nocturno... Campanas... Ayes desde los hogares... Tictacs del cielo con que el Papá bueno riela su manto de lunares sobre nuestros hombros.. Latidos... leves arrullos, palabras susurradas en sueños.. Ayes de violín que trémulos laten, sueñan, se adormecen en las almas heridas, ayayyaya, en nuestras almas heridas... Latidos de piano con que el Papá bueno acuna levemente y besa sus ojos, nuestros ojos su frente, nuestra frente y que cual manos de madre acaricia nuestros cabellos...       Ayes de violín, gritos jubilosos de alas al cielo, a la alborada de encinares, robledos y roquedos de nuestra madre naturaleza con que nuestras almas laten, sonrisa y acorde, entrelazadas nuestras blancas alas de violín a los latidos sonrisa del piano, en nuestros recuerdos en nuestra infancia en esas miradas que besaron dulces nuestros ojos por primera vez... en esas manos con que aprendimos a volar, a hacer nido en otra piel, en otros ojos por

Porque para todo hay una primera vez...

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         Nocturno que se quiebra levemente entre suspiros de alboradas… Trinos que arrebatan a la noche su manto de lunares ardientes…      Latidos… Ayes de cello… Trenzas de edad, De vida… Ayes de violín que entrelazan ramas de encinares, de pinares, de manglares… Tambor que ensaya latidos Trenzas de vida… De cumplir en nosotros cada acorde, cada sonrisa de piano, cada alborada, cada caricia Cada ay de violín, cada vals entrelazado a nuestra cintura, sisisiis Cada fragancia y alma del cello Entrelazados en cada hora, en cada persona, en cada lugar, En cada ser vivo…     Porque para todo hay una primera vez...     Trenzas de edad… De vida… Cumplir en nosotros cada acorde… Dar inicio de nuevo a la vida en cada ser vivo... Alzarse leve, muy levemente de puntillas sobre nuestros pies  e intentar alcanzar cada estrella, cada astro, cada cometa, cada planeta, sisisisi...      Humedecer las manos, nuestra piel, nuestros cabellos y sentir cómo se quiebra el océano en múltiples dedos de agua

Trenzas de luz con que ascender al cielo

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      Latido... Arpa... Trenza... Trenza de ríos, de cálidas noches, de nubes, de pasajeras y trémulas nubes, de besos de brisa y de estrellas que quedan colgadas a veces en el alma, sin que enciendan nuestras manos nuestros abrazos nuestros labios con ansia, ayayayay.... Arpa... Trenza... Trenza de agua, de arroyos, de lágrimas de amor, que inquietas detienen nuestros pies nuestro ánimo...        Plegarias... Trenzas de plegarias, de salmos... de abrazos del Papá bueno... de túnica y de palabra sanadora del Sembrador de caminos... de diálogo, de comprensión y ternura con nuestros niños pataletas quienes se nos cuelan en nuestras almitas buenas y quiebran las sementeras donde la primavera y el amor trenzan acordes y melodías en nuestras manos en nuestros ojos, ayayyaya          Fanal... Trenzas de vida... de amor, de Mariiita y Prudencito quienes, enredándose las manos de María, mi mucha María, a las de Pruden, su Prudencito,

Sonrisas de piano en manos del Sembrador de caminos

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     Campanillas... Latidos... Acordes... Arrullos en nuestras trémulas cunas, en nuestros aún pequeños cuerpecitos... Trenzas de amor, de milagros que el Papá bueno cuelga cual cometas que tiran de nosotros hacia el cielo, ayayayay hacia nuestros cielos...       Voces dulces, voces alma, voces trenzas que nos abrazan, que tienden las manos hacia nosotros que, adultos, que aún niños pataletas, nos hablan, nos llenan de luz... Trenzas, rayitos de luz, palabras de Jesús, túnica que alcanzando nuestras mejillas de forma dulce como recogió a Pedro del agua hace más de dos mil años nos tienden la mano: Prudencito, Prudencito, ¿por qué dudas?, ¿de qué tienes miedo?, ¿no ves que todo esto lo he hecho por ti...? Que toda enfermedad, que todos vuestros obstáculos, habíais de pasarlas para ver cuánto significáis el uno para el otro... Que Mariiita es una niña como tú, mírala, mira sus manillas, mira sus ojitos llenos de luz y de miel, llenos tantas veces de vuest

Ayes del violín del Papá bueno

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        Latidos... Acordes... Pequeños arrullos en nuestras trémulas cunas, en nuestros aún pequeños cuerpecitos... Trenzas de amor, de milagros que el Papá bueno cuelga hacia nosotros...         Voz dulce, voz alma, voz trenza más la de Laura Story que nos abraza, que nos tiende las manos, que a nosotros adultos, que a nosotros aún niños pataletas, nos habla, nos llena de luz... Son trenzas, son rayitos de luz, son esas palabras de Jesús, esa túnica que de nuevo se representa ante nosotros y de forma dulce como hubo de decir hace mucho a Pedro nos dice: Prudencito, Prudencito por qué dudas, de qué tienes miedo... No ves que todo esto lo he hecho por ti... Que estas enfermedades, que todos vuestros obstáculos, habíais de pasarlas para ver cuánto significáis el uno para el otro... Que Mariiita es una niña como tú, mírala mira sus manillas, mira sus ojitos llenos de luz y de miel, llenos tantas veces de vuestros Isma y Miri... Que Mariiita es tu niña mujer, tu almita

Alborear de latidos en mamá naturaleza donde creemos, amamos…

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     Violín... Latidos de vida... Alborear en mamá naturaleza... Latidos de jungla, selva, sabana… del alma, de nuestros propios niños...     Latido dulce, arrullo, susurro, con el lenguaje de los propios sueños, sisiis...      Latido... Latido dulce, hecho con la semilla de los sueños, campanillas, se vuelve cordada, río, cascada... Se une a los sonidos de la naturaleza, de los sueños, de los niños... Corre locuela, juega, se oculta, entrelaza las manos, entrelaza cada ser de la jungla, cada ser del círculo de la vida...       Latido... Latido dulce... Alma Luz, trueno... sonido de la naturaleza, madre naturaleza, a la propia luz del día, y entonces canta, resuena tromba,: voz del rey león, voz de la hermana gacela, de la hermana cierva, del hermano hipopótamo... nos hermana, nos coge de las manos, nos envuelve...       Latido… Latido dulce... Danceta... Cometas donde todos prendamos las almitas buenas de los demás... Nace, n

La source de vie

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        Río, tintineos en el agua por la noche, lágrimas que llenan el alma lágrimas que nos aislan, enmudecen la voz de nuestros niños, ayayyaya....        Surcos en esas lagunas de amor... caricias de clarinete... La vida, al igual que el agua se vuelve tranquila, las manos, plegarias, nidos donde mañana reposar caricias reposar palabras sesgadas cuerpos majados ayayaya       Plegarias... Luces de ángeles... Latidos de vida... acordes melodías donde tu almita y la mía resuenan como instrumentos unas veces de viento llenándose de ayes y de caricias unas veces de cuerda llenándose de oraciones de sonrisas del alma        Cello... Entrelazar de manos... Caricias que abandonan su aislamiento... sus celdas, sus abajamientos... Trenzas de esperanza en nuestros ojos cuando las heridas guardan silencio y nuestros niños, nuestros niños ay ay ay inquietos, respiran, renacen, aman y en nuestras manos, otrora balandros aislados, se duermen... https://

Encendido salmo de guitarra que abre su alma a la hermana tierra

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        Salmo de guitarra... Luz... Cortinas sedosas peinadas por arrullos suaves... El niño, su niño interior, se despereza de noche, de heridas, de ayes...       Guitarra que, por medio de su tarraja y varetas, quiebra heridas y locuela se desgañita sincera libre luz...         Alborada de acordes, entrelazadas la voz de la guitarra y sonrisa cálida del piano, que le lleva a dar gracias por el hermano sol que arropa rostros de los hermanos hinduistas de las islas de Bali, Nepal o Mauricio.... Alborada de acordes que le lleva a dar gracias por el hermano viento por el hermano mar que tonifican en estas orillas al oeste del mediterráneo abrazándose ya con el océano atlántico que arropa la ciudad gaditana de Tarifa, nuestra piel al correr, al sumergirnos en sus cálidas aguas nuestros pies nuestros brazos nuestros cuellos.       Sol que se adormece en su aroma fresco de cedro de pino de los palos santos de la India: y que alcanzándonos lat

Secret Wedding

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     Pizzicatos...      Pizzicatos de agua trémula que renacen lluvia en arroyos cristalinos de primavera... Hociqueos de oseznos, gazapos y cervatos que saludan latido a las primeras brisas de la noche.      Violín que desgrana uno a uno edénicos vergeles, manglares y junglas donde corretean gacelas, ciervos, liebres, ayayyaya... Violín que desgrana trenzas de arrullo entre crías y madre naturaleza... Voz dulce, flauta travesera, que arropa sus primeras fiebres que enseña paciente su lenguaje que entregará generosa su cálida piel en las gélidas noches de otoño y de invierno...      Fagot... Madre naturaleza que llora que en sus racimos de agua y noche titila ternuras de vida, de jungla, de sabana, de arboledas... de aves desnudando de noche árboles, copas y ramas... de rododendros alboreando de vida los años desgastados de piedras y rocas...      Trenzas de violín y flauta donde el amanecer prendido de sonris

Manos trenzadas de nubes...

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       Nanas... Acordes... Aves diseñan trenzas de viento, de alma... Pequeñas gaviotas sueñan con el cielo... con mares sembrados de estrellas, de latidos, del hociqueo de pequeñas gaviotas...       Nanas... Trazos... Acordes toscamente pintados en sus alas trazos donde unos pequeños nidos unas aún jóvenes alas unos aún tiernos latidos renacen primavera renacen alma ...       Nanas... Mariiita y Prudencito... almas tiernas soñadoras trenzadas de acordes de aire de hogar de locura contagiosa de latidos que corretean tras sus travesuras sus palabras que pegan capones a Pruden y Maria cuyas heridas se abren de vez en vez... Con Cásper y Milita tras ellos, locuel os pi zpiretos quienes se cogen una vez más doble latido acunándose al final del día en su edredón  de nubes d e colores ...

Abrazo entre el navegante de las aguas del espacio y la bienaventurada hermana Tierra

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Espacio… Pétalos de universo, yerrando alegres entre nubes de noche, entrelazan con dedos suaves asteroides, cometas, centauros, polvo cósmico... Viento solar acuna con sus manos cada  planeta que asoma a sus ojos extranjeros: Saturno, Venus, Marte, Mercurio... Tierra... bienaventurada hermana Tierra...         Alma que mira llena de asombro la hermosa  y añorada hermana Gea con sus prodigiosos dones, con sus fecundas sementeras...        Alma que mira y por un instante compone en extraño idioma versos por donde navegante de las aguas del espacio, evoca en esos cielos en esos arroyos, en esos mares de agua salada llenos de abundante vida acuática: peces espadas, salmones, delfines, ballenas, caballitos de mar, corales...     presencias y acordes que ahora le cogen de la mano y le incitan nuevamente a bailar y que, allá, más allá donde se pierde el espacio y la memoria, pinta ensoñadoramente sus manos y las de su amada e