Plegaria, pequeñas volutas y ascuas en Tu pesebre

Latidos del alma...
pequeñas volutas
que ascienden en forma
de susurro, de murmullo, de humilde plegaria al Papá bueno...

La voz,
Pequeño candil
en esta gélida noche de noviembre
nombra trémulo
cada caída,
cada temor,
inseguridad,
desánimo...
y en esas volutas,ay,
en esas campanillas
hay parece haber
una voz
una cálida voz
que responde:
ay, mi niño,
ay mi Prudencito
cuántas veces vendrás con tus miedos
cuándo, cuándo de una vez acertarás a comprender...

Y entonces,
Tú, Tú, Sembrador de camino,
con tus pequeñas pero grandes
manos
cual alas de violín
cual alas de pequeñas mariposas
vuelves a coger
esta alma rota
esta alma
desnuda
que en tus manos
vuelve
a encenderse
humilde fanal
del pastorcico...

Querría mirarte querría
que tus palabras
fueran esa alma
que siempre encendiera mi sendero...
Entre arrullos
vuelvo a escuchar Tu voz...
Prudencito
cuántas vuántas veces
en cada caída
en cada lágrima
en cada purgatorio
te he dicho
claro que te he dicho
mira
calla
enmudece
siente cómo tu alma
tu almita buena me llama
cómo cómo tu almita buena
te llama:


Prudencito, te amo...
cómo te amo...

Y ya entre sueños
volver a escuchar este belén de versos
de pétalos
de pajas
de lágrimas
de ascuas encendidas
con que como ya hace más de dos mil años
calentaran el pesebre del Sembrador, sisiisis


De Pruden Tercero NIeto, noviembre de 2013

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