Campánulas de luz en nuestro jardín olvidado…



Campánulas...
Heridas leves de piano…

Arroyos...
Guitarra,
voces de luz,
encienden
el sendero,
los revoloteos
de hojarasca y caléndulas de nuestro jardín,
de nuestro jardín olvidado...

Trémulos,
arrullos,
susurros
de quebradas,
de leves desfallecimientos,
de pasos trémulos prendidos de lluvia
arropan cada trino
con prímulas
y rododendros
del verde prado, sisiisis

Balandros…
Hojas de encinares, de almendros
y pinares,
sucumbimos a veces
en el lienzo de nuestros jardines olvidados…

Arroyos…
Trémulos,
arrullos
desde el mástil y caja de resonancia
de la guitarra
llenan nuestros corazones,
ayayya, nuestras almitas buenas,
con las piedras del desfallecimiento
del pasado, del resentimiento y de las ausencias, ayayya…
sin darnos cuenta
de que nuestros niños interiores
corren, sueñan
y se dan la mano locuelos, sisiisis
 
Piano…
Encendidas voces de luz…
Encardinamos,
primavera y doble latido,
a los macillos y cuerdas de piano,
nuestra mirada castaña y dulce sonrisa
y  engarzamos  enredaderas
de ternuras y candilejas de luz
en cada voz, eco y trino de Mamá Naturaleza,
adormeciéndose el otoño de hojarasca y lluvia
en el sendero de nuestro jardín olvidado…

De Pruden Tercero Nieto, octubre de 2013

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