Con las bocinas de los coches, las prisas y urgencias de la gran ciudad, como fondo, nos amanece la voz de Luis Fonsi, llena de dulzura, de ternura, nos alcanza, nos estremece, nos alcanza, nos abre ventanas al dolor, nos abre esa puertas a la soledad, a esos náufragos que deja la vida varados en la orilla de la gran urbe... Con sólo la percusión, no necesita otra cosa, y con unas imágenes que valen mil palabras, se abre a latidos que estremecen, que nos agitan, esa joven que se hace el test del embarazo, esa madre con hijos que no puede más, ese médico cuya alma grita, ese obrero que no puede más, ese anciano que jubilado abandona su puesto de trabajo... La voz va desgranando, con un deje de violín detrás, haciéndose grito, eco de estos náufragos, a los que tiende unas manos que acogen, que limpian las lágrimas, que son mariposas que besan los ojos, que e...
Hola Pruden, una maravilla lo que has escrito.Besos inmensos de luz y paz.
ResponderEliminarUna música preciosa. Me apetece contarte que con mis hijos (10 y 17 años), jugamos a silbar música clásica, la gracia está en adivinar el Nombre o el compositor.
ResponderEliminarmi abrazo, me quedo escuchando
Amigo Pruden:
ResponderEliminarNos regalas con tus letras paz, armonía, belleza, que nos llegan a nuestra alma de la misma manera que tú las transmites al compás de esa música que acaricia nuestra alma.
Gracias, Pruden, por seguir estando por aquí.
Un beso.