Atrae la sanación de tu almita buena con la plegariaaaaaaaaaa

      Como campanillas, como sonido del gong, como un amanecer oriental lleno de oro, de gualda, de baños en el río para limpiarse de sus yoyoísmos, de sus enfermedades centenarias, de sus pecados innombrables, así esta plegaria, este hermoso canto del almuecín, resuena en esta tuba por donde el alma llena de aires, de latidos, de sonrisas y amaneceres...  El tintineo es el latido por donde el Papá bueno, Alá, Buda o como quieras llamarlo late en este instante en tus ojos, en tu vientre, en tu cabello, en tus manos... yayayayyay

       El día transcurre rápido a ojos de este almuecín en cuyos labios descansan todos nuestros labios, en cuya voz primaverean todas nuestras voces... Plegaria que sonríe, plegaria que asciende, que extiende las alas, que sobrevuela por el cielo, que abre sus manos llenas de cantos espirituales, llenas de ternuras, de luces, de amaneceres, que con esta voz alcanza el alma, el almita buena de todos los hombres, que habla contigo, y contigo, y contigo, y contigo... hollando, sanando, limpiando, besando con ansia no una, ni ciento, ni miles, si no ciento de miles los ojos llenos de soledades y palabras sesgadas, los labios vacíos de sonrisas y de palabras... Son las flautas, los cantow de tantos pájaros, de tantos encendidas voces de seres vivos, sonrísa de mamá naturaleza en lo alto, las que nos alborean, la tarde ya anocheciendo...      El piano es ese mar, son esas olas, esos cauces que nos hallan, la oración alcanzando su ritmo más hondo, más íntimo, en el suelo, en la orilla, con solo nuestros pequeños milagros, con solo nuestras borlas que, cual estrellas que adormecerán la voz e imagen del almuecín, se iluminarán en los ojos y almitas buenas de los que amamos antes de irnos a acostar. Buenas noches