La canción de las estrellas (primera parte)
1.- Érase una vez una princesa.
-¿No oyes su susurro, pequeña?- Del cielo cuelgan cual estalactitas, unas más altas; cual estalagmitas, unas más agudas, las distintas estrellas del cielo. Si las escucharas, oirías en un canto dulce la historia de la princesa Adraiel. Ella era... hermosa, muy hermosa. Poseía unos ojos negros que habían conseguido atraer a los príncipes más poderosos de la tierra. Aquí veías aparecer a un alto príncipe con su cabello ensortijado de oro y cuyas manos ofrecían más de lo que cien reinos juntos podrían sumar jamás, pero la princesa, ajena a todo esto, se entretenía en su manto de plata; allí aparecía el más temible príncipe, vencedor de innumerables batallas, y su única respuesta a tan furibundo señor era un indolente suspiro; acullá otro príncipe... -¡Espera!-
La princesa se había levantado, con la atención puesta en otra cosa, dejando atrás el salón principal que presidían las dos sillas reales, ricamente adornadas en alabastro y salpicadas, formando curiosas figuras, por rubíes. Debía dirigirse al jardín.
Pronto quedó atrás el palacio real y, atravesando el jardín, la princesa accedió a la escalera de granito que sorteaba con cierto señorío los escollos que suponían los peligrosos riscos –¡te aseguro que los había!- que el mar, en sus días de furia, combatía una y otra vez. Cimbreando su cuerpo berroqueño, llegaba arriba para rendir pleitesía a aquel gigante dorado en que llegaba a convertirse a ojos de Adraiel el castillo de Mithradaiel. Cuando el sol se ponía, siempre a espaldas del gigante, todas sus estancias inferiores cobraban vida: los mayordomos, criados y centinelas se movían de un lado a otro bien para tener preparadas las habitaciones del rey y de la princesa, bien para efectuar el cambio de la guardia.
Los pies de Adraiel descendieron descalzos la fría escalera mientras se desprendía violentamente de sus vestiduras, sin poder sustraerse a la embriaguez que la atraía una vez más hacia el mar. Al llegar a la playa, sintió la gélida agua en sus pies. Más tarde su cuerpo se dejaba llevar mar adentro con cierta placidez, mientras su rostro terminaba reflejando una sonrisa entreabierta y enigmática.
-¿Crees, tesoro, que el origen de sus pensamientos eran los príncipes que le presentaba su padre para elegir marido?¿O la riqueza del reino de Mithradaiel?¿O más bien el poder del que dispondría en el futuro? No podría asegurarlo con certeza, pero una sonrisa así podría dejarte desvelada, mucho, muuucho tiempo-.
Cuanto más se alejaba de la orilla, casi en trance, más acudía su mano al estómago donde últimamente albergaba un secreto deseo: un hijo. Sabía que no esperaría mucho. Critón, príncipe de la isla que todo ser viviente –humano o no- identificaba con muerte, le venía hablando en sueños. Sí, no tardaría mucho en dar a luz el fruto engendrado por las malas artes del príncipe. Las manos palpaban de nuevo su estómago sopesándolo, mientras se fortalecía su voluntad de llegar algún día a Cracoa.
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Las gaviotas apenas conseguían rasgar con sus ayes el amanecer cuando el espejo volvió a reflejar el cuerpo desnudo de la princesa quien se dejó caer en el lecho sostenido por cuatro atlantes de ébano. El sol acariciaba con sus aún titubeantes dedos la torre del gigante que daba enfrente del amplio ventanal de la princesa. Cuando había conseguido dormirse, el sol contemplaba desde arriba plácidamente.
La noche –como ves, pequeña- nos arrulla con el canto de las estrellas. Tus ojos espían por la ventana, iluminándose a pequeños destellos y atisbando en ocasiones la rápida pincelada de una pequeña estrella fugaz. El fiel portaminas sigue rasgando los folios de este relato cuando comienzas a quedarte dormida. Mis manos te acunan suavemente al llevarte a la cama. Mientras cierro la ventana, escucho desde tu habitación un murmullo de protesta. Miro a través de la ventana y te respondo: mañana, pequeña, mañana.
me ha encantado tu blog, te sigo.
ResponderEliminarEspero que te pases por el mio y si te gusta, también me sigas :)
un besito.
Buenos dias , encantado de pasar por tu blog. Te felicito por el talento que tienes al escribir. Sin duda seguiré dando la vuelta por aquí, facilita la inspiración! un saludo desde Jaén
ResponderEliminarLa princesa no tiene voluntad, su vida está en manos de los demás.
ResponderEliminarEspero que las estrellas den un final feliz hasta ahora su tristeza.
Bonito relato, hace soñar.
Buen domingo, un saludo.
Pero que lindo escribes! Yo... Espero que continue ¿eh? No me queda claro si está en cinta de Critón y no sé hasta que punto eso es preocupante :)
ResponderEliminarCon todo tendré que ir asomándome, porque esta actualización no se ha reflejado en mi escritorio, Blogger últimamente parece que tieene algunos fallitos, no sé... Pero tranki, ya te digo que me iré asomando, no me gusta quedarme intrigada. Nunca me ha gustado :D
Mis amigos y yo hemos amanecido en la playa hoy y también vimos muchas estrellas y ccosas bonitas, pero nada que ver con ésto... No habían más principes y princesas que nosotros mismos con las guitarras y tal, jejeje!
Please --->Pincha aquí :) GRACIAS
Bonito relato, me has tenido intrigada desde el principio pero espero una segunda parte, verdad?
ResponderEliminarCuentos de princesas y príncipes, pero lo más bello...las estrellas y ese mar.
Un abrazo
Muy bello cuen to me gusta como escribes muy bello
ResponderEliminarun beso corazon
Antes de responderos, creo preciso hacer una aclaración, este relato, La canción de las estrellas (Primera parte) lo había publicado anteriormente en mi blog (de hecho ya llevo publicadas seis entregas), por eso no os habrá aparecido como nueva entrega en las novedades. Sé que muchos de vosotros no estabais y las nuevas entregas os iban a sonar un poco extrañas. Por ello lo vuelvo a publicar.
ResponderEliminarEs un relato que llevo en mis entretelas mucho tiempo y al que por fin le estoy dando fin, de nuevo agradezco vuestras aportaciones y comentarios, gracias, se trata de que por medio de la imaginación y de la fantasía despertar nuestro ánimo, ser olas en movimiento.
* Silvia G S, bienvenida a este blog y agradecido por tus palabras... Se trata de lo que decía en la introducción de por medio de la fantasía, la música y la poesía hacernos soñar, si lo he conseguido en parte, ooooooooleeeeee
ResponderEliminar+ Miguel, Jaenero de pro, bienvenido y encantado de contar contigo, nos pasaremos más tranquilamente por tu blog, abrazos
*Ion: gracias por tu comentario y me alegra de haber conseguido en parte mi objetivo interesaros y haceros soñar un poquito.
*Maria: Como ves, ya he explicado por qué no salía actualizado y, dicho eso, no pienso desvelarte nada, si quieres averiguar más, como tú muy bien dices, tendrás que estar atenta... Ya, en serio, gracias por tus comentarios y tu buen humor... Yo, en serio, ahora me daría un buen baño de brisa, humedad, mar, orilla y colorismo del mar, ayyyyyyyy... Ah, gracias por tu postal, preciosa, besotes para ti.
* Princesa 115: como ves la historia sigue mucho másssss... Espero que os siga atrapando y llenando tanto como al principio y que os haga disfrutar tanto como a mí.
* Luna de medianoche: gracias por tus palabras y agradecimiento. Espero que estas olas te sigan aupando por muuuuuuuuuchoooo tiempo.
Maravilloso relato,tan cargado de sensibilidad...bellísimo.
ResponderEliminarBesos.
Qué bien escribes lo que dicta tu corazón!. Encuentras palabras bellas para definir tu arte con pasión. Te felicito! Pablo ♥♥♥♥
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