Ausencia de niños



 
No, payaso,
hoy no había niños.
Acudiste a la platea
Y apenas dos o tres cabezas
Despuntaban ahí arriba.

Acudiste a tu oficio
Y entre los pliegues de tus manos pronto
El regalo, la sorpresa, el hilo
Que tire de la fantasía
Y la asome a los ojos
De niño.
Mas, pronto, descubriste otros rostros:
Una realidad terrible,
Un rumor hondo y, en sus caras,
La tierra,
Volvamos a la tierra;
Y el grito de hermanos,
Sin que algún sonido, mudo y terrible,
Saliera de sus gargantas,
Sólo el sonido de la guerra.

Y miraste al silencio,
A tus zapatos blancos y dijiste
También mudo al Señor,
Mientras tu mirada discurría
Entre los únicos niños:
 
Señor, duerme a la bestia
Que reside en los hombres
Y ojalá multipliques de estos niños, mis niños,
Su mirada.

Comentarios

  1. Versos cálidos desde distintas miradas, me gustan, y te sigo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Carla, sobre todo desde el deseo, intención y compromiso de la mirada de niño que hay en mí, me alegro de que te guste y bienvenida a estas olas en movimiento.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Olasenmovimiento
Sé cordada con las olas que esperan tu abrazo, tu sonrisa, tu ternura, tu escucha, tus besos... Sé, con nosotros, olaenmovimiento

Entradas populares de este blog

balandros en un mar de latidos...

No te rindas, Mario Benedetti