Carne de futuro
Al mar urbano que abren tus pinturas,
Manuel Yébenes
¡Chsss…! No, no hables. Crees
saber quiénes somos: el dramatismo o humanidad de cada gesto, la calidad de la
pintura, la eficacia del pincel en ese trazo, el significado de cada textura, color, en fin...
¡Chsss!
¡Chsss...! ¿No hemos dicho que no hables? No permitas que tu propia muchedumbre
urbana te impida oír nuestro silencio. El secreto –tú lo sabes bien- está en ti
y en nosotros.
Cierra,
por un momento, los ojos y permite, mientras los vas abriendo, que cada uno de
nosotros, túmulos futuros, seamos susurro de carne, pero también de
lienzo; que cual ola de mar arribe lentamente a las playas luminosas de tus
ojos; así quebrará el dulce latido cual danza triste por entre el tenue
crepitar de nuestros deseos, de nuestros miedos, de nuestras nostalgias, pero
también –esto es importante- entre nuestras desidias, aquietadas esperanzas y
vacuos sueños...
Ahora,
abiertos los ojos, errando levemente el calor de nuestras voces, nos despedimos
de ti con el claxon, con el grito parturiento de nuestros pisos y casas
atiborradas de humanos, con el jadeo de música y de voces y de masa sudorosa y
anónima... Pero, no lo olvides, vuelve. Alguna otra cosa tendremos que contarte
desde nuestros sueños de lienzo y papel.
Pruden mil gracias por tu visita a mi blog temía que no volvieras, me alegrado mucho tu comentario eres un ser de luz que ilumina las almas sensibles como la mía gracias, por existir.
ResponderEliminarMuchos besos para ti muak muak muak,
que tengas un bello día.