Baile arreboleao de amor

        Como una danza flamenca  llena de alma y de dolor la voz alma andalusí de Clara Montes desgrana uno a uno los versos de Antonio Gala. La guitarra marca los pasos del baile, donde la voz se llena de mar, de salitre, de la piel húmeda del amado, donde el alma se niega, no puede ser de otra manera, a la pérdida, a la ausencia... La amada, vestida de faralaes, ha estado rondando al amado, acariciando con sus manos ternura, sus manos alas,  su rostro, sus manos, su pecho... La guitarra recorre la sensualidad entre ambos amantes, ella parece huir del amado y se lleva las manos al rostro lleno pronto de una humedad de mar, de salitre... Las manos de él acuden en su busca, tantean su cintura, su rostro, sus labios... encendiendo una vez más la candela del amor donde ambos se consumen, se aman... Por favor, leed y escuchad los versos del bueno de Antonio Gala, dulces, llenos de la presencia del amor, inquietos por la posibilidad de perder al amado. Buenas noches.

A trabajos forzados me condena
mi corazón, del que te di la llave.
No quiero yo tormento que se acabe,
y de acero reclamo mi cadena.

No concibe mi alma mayor pena
que libertad sin beso que la trabe,
ni castigo concibe menos grave
que una celda de amor contigo llena.

No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.

Que ningún juez, declare mi inocencia,
porque, en este proceso a largo plazo,
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo.

No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
Que ningún juez, declare mi inocencia